Pero volvamos al juguete. Los juguetes prostáticos tienden a tener formas muy curiosas y no te asustes si es así. Esto se debe a que están diseñados para que los insertes del modo más cómodo y sencillo posible, y esas extrañas curvas hacen que prácticamente busquen por si solos su camino y lleguen a tu próstata.
Una vez que lo insertes no debes realizar un mete y saca, sino que debes comenzar un movimiento suave y lento para acostumbrar a tu próstata a la estimulación que le estás brindando, prueba apretando y cerrando el esfínter, haciendo movimientos circulares, o generando un péndulo con el juguete. Verás como poco a poco irás encontrando el movimiento que te sea más placentero. Recuerda que en gustos no hay nada escrito y la mejor forma de hacerlo es aquella que te de mayor placer. Así que en tu imaginación y creatividad está el límite.
Si tu juguete tiene vibración entonces es momento de activarlo. Si no la tiene, podrías adquirir una balita vibradora. Al ponerlas en contacto con tu juguete las vibraciones se traspasan y asunto arreglado.
En cuanto a las vibraciones, las hay de varios tipos, normalmente dos modos. El más común es una velocidad continua y pareja que te estimulará de forma más intensa y permanente. El otro modo es la pulsación, aquí encuentras las más diversas posibilidades que varían en cuanto a ritmo, potencia y algunos hasta incluyen modos Smart que por si solos hacen casi todo el trabajo. Pero lo interesante de las pulsaciones en términos generales es que te hacen realizar movimientos involuntarios, ya que tu cuerpo se contrae y se relaja al ritmo de la vibración, y este movimiento te ayuda a percibir y generar distintas sensaciones que te regalarán horas de placer.
Sí. Horas!. No lo podrás creer y querrás que ese momento se prolongue lo más posible, y por qué no hacerlo?. Si ya estas en eso no te limites a solo un orgasmo, pero recuerda, para hacerlo realmente placentero debes entregarte al momento, si estás tenso, o complicado con lo que pueda ocurrir, ni el mejor de los juguetes logrará darte placer.
Relájate, disfruta y no seas tacaño con el lubricante, mientras más utilices, más fácil será la inserción y más placentero el momento
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