Sólo tres de cada diez turistas extranjeros gays que llegan a Argentina deciden visitar alguna ciudad del interior. ¿Razones? Muchas...
La principal es que no siempre está garantizado que lejos de la Capital Federal vayan a encontrar un ambiente amigable, que respete las diferencias y no aparezcan los prejuicios de siempre.
El cálculo lo hacen operadores turísticos de las provincias y de Capital Federal y lo confirman los propios turistas. Sin embargo, todos ellos aseguran que la discriminación no es tan evidente ni hay denuncias en tal sentido, aunque admiten un trato desigual, que incluye muchas horas de búsqueda para conseguir un alojamiento gay friendly o amistoso con los gays, (denominación para los lugares que admiten parejas del mismo sexo) y más preguntas de las necesarias a la hora de hacer una reserva.
El negocio en números El boom del turismo en el país no es nuevo, pero no deja de crecer año a año. De hecho, en 2007 fue la tercera industria en importancia, por encima de algunas exportaciones tradicionales, como las de maíz y trigo.
Se estima que en 2008 ingresaron al país más de 4,5 millones de personas de todo el mundo, que dejaron unos 4 mil millones de dólares. El 20 por ciento de esos pasajeros forma parte del segmento gay, la mayoría de ellos atraídos por la ciudad de Buenos Aires más conocida: con una generosa oferta cultural, tango, movida nocturna y la apertura que se logró en los últimos años, luego de la sanción en 2003 de la ley de unión civil.
Un sector que deja anualmente en Argentina más de 600 millones de dólares y que en otros países es uno de los más atractivos para los operadores turísticos, que resumen sus características en una sigla: DINK (double income, no kids). O ingresos dobles, sin hijos. Un dato que sirve de ejemplo: en Estados Unidos el turismo gay genera un impacto económico de alrededor de 64.5 billones de dólares cada año, según datos del U.S. Department of Commerce y Community Marketing Inc. Es decir, más puestos de trabajo, más ingresos y un paso adelante en ese objetivo de lograr una sociedad más inclusiva.
Pero, ¿qué pasa en nuestro país cuando se traspasan los límites de la General Paz? ¿Cómo se entiende y se pone en práctica ese concepto que la Capital Federal transformó casi en un slogan?
¿Qué tan gay friendly son los destinos turísticos de las provincias?
En Córdoba
Fabián Peña es director de contenidos de lugaresgaycba, un sitio con información turística de Córdoba, y así opina: "No queda la menor duda que la ventaja en este aspecto lo tiene Capital Federal, pero que aquí en Córdoba el movimiento pasa desapercibido tanto para autoridades municipales, provinciales y empresarios que aún no se animaron a subir a la cresta de esta ola," dice, y agrega: "El promedio de gasto general que llega a tener el turista argentino en Córdoba ronda entre los 300 y 500 dólares; el turista extranjero, en cambio, supera la barrera de los 1.000 dólares, sin tomar en cuenta gastos para un guía, el alquiler de autos y los hospedajes".
Pese a ello, Córdoba, la segunda ciudad más grande del país, no cuenta con ningún hotel declarado oficialmente gay y sólo tiene dos hoteles gay friendly, no publicitados como tal. "Aún existen prejuicios. Hemos recibido comentarios que en hoteles, algunos conserjes aún tienen cierto prurito a la hora de brindar una cama matrimonial para dos personas del mismo sexo. Córdoba es gay friendly, pero no tan abierta como Buenos Aires", finaliza Peña.
En Bariloche
Por su parte, Marcelo Barthaburu, coproprietario de Bayres, un bed y breakfast gay en Buenos Aires, cree que las provincias no son tan hospitalarias como la Capital Federal.
"Hay mucho menos aceptación en las provincias que en Buenos Aires, eso es así desde siempre. Hay mucho menos apertura mental, aunque cada vez se está abriendo un poco más. Si Bariloche se promocionara en el exterior como un destino gay o gay friendly para ski, por dar un ejemplo, muchísimos turistas que por ahora sólo consideran visitar Buenos Aires, estarían dispuestos en extender o agregar en su itinerario a Bariloche.Incluso si la ciudad no tiene una gran vida nocturna gay, sino por el simple hecho de saber que allá también existe una sociedad tolerante y se sentirán de alguna manera protegidos."
Según recepcionistas de hoteles gay friendly en Bariloche, hay 2 ó 3 hoteles gay friendly pero ningún bar ó restaurante.
Qué dicen los turistas
Pese a ello, no son pocos los que eligen recorrer más allá de los límites de la Capital Federal por unos días.
David Trebble, de Londres, es uno de ellos. Trebble visitó este año el país junto a su pareja. Estuvieron 15 días en Buenos Aires, en Mendoza cuatro días y en Iguazú otros tres días. Siempre eligieron hoteles gay o gay friendly y dicen que nunca se sintieron discriminados.
Por su lado, Scott Knox, de Cincinatti, Ohio, también viajó con su pareja por una semana a Argentina. Recorrieron Buenos Aires, pasaron un día en el Tigres y otros dos días en Iguazú. Dice que en Buenos Aires se quedaron en un hotel gay friendly y fueron a un bar gay friendly pero cuando salieron de Buenos Aires no estaban buscando actividades sociales, por lo que eligieron descansar y disfrutar de los paisajes. Knox dice que tampoco se sintieron discriminados.
Harry Su, de Jakarta, Indonesia, decidió viajar a Argentina con su pareja por primera vez hace 3 años porque tiene un amigo que vive en Buenos Aires y por la depreciación del peso. Su primer viaje a Argentina fue de una semana y la segunda de dos semanas, cuando viajaron a Calafate por 4 días.No tuvieron problemas de discriminación y asegura que los argentinos “son muy hospitalarios”, pero también dice que en El Calafate no encontraron ningún lugar gay friendly. “Eso fue decepcionante, la escena gay no existía allí. Definitivamente no hubo suficiente vida social en la ciudad”, dijo Su.
En Mendoza Carlos es argentino y hace unos meses viajó a Mendoza. Eligió un hotel céntrico y decidió llamar por teléfono para hacer la reserva. “Llamé y pregunté si eran gay friendly, me dijeron que no eran un hotel gay pero que no tenían problemas en recibir a cualquier pareja.
Reservé entonces una habitación con cama matrimonial. Cuando llegamos, me sorprendió la recepcionista preguntándome si queríamos una cama matrimonial o camas separadas…no entendía, ya había quedado claro cuando hice la reserva y había llamado por teléfono previamente para no tener que dar explicaciones en ese momento.No era mala onda, pero no debería haberme hecho esa pregunta otra vez, ya estaba claro. A una pareja hetero no le hubieran pedido confirmación, creo que falta capacitación en los empleados también, para que estén atentos a esos detalles. Las cosas no cambian poniendo un cartelito de gay friendly en la entrada o en la página de Internet…para cambiar las cabezas se necesita educación en el tema. Eso falta todavía en muchas provincias”.
En Mendoza, el único apart hotel, Life Apart, empezó como un hotel exclusivamente para gays, pero no llegaban suficientes turistas, entonces decidieron abrir el hotel para todo el público. La encargada, Macarena Monserrat, estima que anualmente llegan 10% turistas gays y el resto se ocupa de familias y otros turistas. Dice que la única semana cuando se cierra exclusivamente para gays es durante la Fiesta de la Vendimia Gay, en Marzo, cuando se llenan los 12 apartamentos.
Carmelo Norberto Giugno, titular de la agencia de viajes Giugno en Mendoza, dijo que hay cuatro discos y bares y dos hoteles gay ó gay friendly.