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jueves, 13 de octubre de 2016

Los mejores destinos gay friendly

Desde Toronto hasta Mykonos, siete extraordinarios rincones del mundo.


Las propuestas de destinos gay friendly son muchas y muy variadas. Además, teniendo en cuenta que se trata de un mercado con un importante poder adquisitivo, hoteles, restaurantes, tiendas y locales de ocio fueron adaptando su oferta para atender las demandas de estos viajeros. Aquí, algunos de los destinos más interesantes. 



Isla San Bartolomé (Francia).

 Considerado uno de los mejores destinos gay del Caribe, esta bellísima isla francesa, conocida como St. Barths, destila glamour por los cuatro costados. Situada a unos 170 kilómetros al norte del archipiélago de Guadalupe, es frecuentada por ricos y famosos en busca de la tranquilidad que ofrecen sus playas de arenas blancas y aguas turquesas. Por ello no es extraño que Ricky Martin sea un asiduo visitante, o que el diseñador Marc Jacobs la eligiera como escenario de su boda, en 2010.

La oferta de alojamiento en esta isla es muy interesante. Y es que, además de establecimientos hoteleros, cuenta con numerosas villas de estilo francés, en las que suelen organizarse fiestas exclusivas. Rincones como la playa de Saline o La Cantina, un pequeño bar de la capital, Gustavia, se convierten en visitas obligadas.

Toronto (Canadá). 

La vida nocturna y cultural de esta ciudad se han convertido en auténticos emblemas de la comunidad LGBT no solo del país, sino de toda Norteamérica.




El barrio más emblemático y más antiguo, Church-Wellesley -situado en pleno centro-, cuenta con la mayor concentración de teatros, galerías y bares de ambiente de toda la ciudad, aunque surgieron numerosos locales en otras zonas. Desde el 24 de junio al 3 de julio, la ciudad se viste de fiesta con la organización de la Pride Week y su famosa Pride Parade .

Mykonos (Grecia). 

Acogedora, hermosa y de mente abierta, Mikonos se ha convertido las últimas décadas en un auténtico paraíso para el turismo gay. Las casas encaladas con patios de flores, las aguas cristalinas, las playas de arenas doradas y los numerosos locales y clubes nocturnos son escenarios ideales sobre todo para europeos dispuestos a vivir días de sol -o la tranquilidad del invierno- en esta isla de las Cícladas.




Existen playas para todos los gustos: desde lugares solitarios a espacios concurridos y animados como Super Paradise o Paranga, y rincones pintorescos como Alefkandra, conocida como la pequeña Venecia, donde resulta muy recomendable ir a tomar una copa. Además, en Mikonos, hay muchas alternativas para los que buscan vida nocturna.


Nueva York (Estados Unidos). 

Manhattan ocupa un lugar destacado en la historia de la liberación del colectivo LGBT, tras las revueltas de Greenwich Village de 1969, que supusieron el nacimiento del movimiento en defensa de los derechos de los homosexuales. Casi cinco décadas después, Nueva York continúa siendo un referente en la materia.



Si bien es cierto que la ciudad está repleta de establecimientos de todo tipo, en los que cualquiera es bienvenido, en West Village, Chelsea y Hell’s Kitchen se concentran la mayor oferta de locales gay y de ocio nocturno.

De hecho, este último barrio es conocido por los locales como gaybourhood, y en él se encuentra el OUT NYC, el primer hotel gay y también son bienvenidos los heterosexuales.

Copenhague (Dinamarca). 

Copenhague se ganó un lugar destacado entre los principales destinos gay del mundo. La capital danesa es, desde hace décadas, una urbe abierta, tolerante y avanzada, que en 1948 creó la Asociación Nacional para Gays y Lesbianas (LGBT Denmark). Cuatro décadas después, la ciudad fue pionera en el reconocimiento de la unión entre personas del mismo sexo.



Los que visiten la localidad no pueden dejar de acercarse hasta Centralhjornet, el bar gay más longevo de Europa, aunque no hace falta buscar locales de ambiente para sentirse cómodo. Viajar a Copenhague supone una oportunidad única de descubrir la rica cultura del país y sus numerosos monumentos, calles y plazas, entre los que se encuentra una especialmente significativa: Rainbow Square, bautizada en honor al colectivo LGBT y a su lucha por el reconocimiento de sus derechos.

Sitges, Barcelona (España). 

Alrededor de 40 kilómetros separan esta localidad de la costa catalana de la Ciudad Condal. Convertida en una de las capitales gay de Europa, Sitges es un hermoso pueblo de calles pintorescas, en las que uno puede disfrutar de su interesante oferta cultural, de sus innumerables locales nocturnos o de sus concurridas playas, entre las que encontramos algunas nudistas, como la famosa playa Morisca.



Uno de los puntos más conocidos y populares de la localidad es la calle Primer de Maig, conocida desde los años 60 como el carrer del Pecat (la calle del pecado), donde se ubicaron algunos de los primeros clubs nocturnos más transgresores de la dictadura. Discotecas, restaurantes y clubes ofrecen una oferta de ocio de lo más animada.

San Francisco (Estados Unidos). 

La ciudad, que posee la comunidad LGBT más grande y destacada del mundo, tiene en el distrito de Castro, su auténtico emblema, por lo que visitarlo resulta obligado. La zona da la bienvenida al visitante con banderas multicolor.



sábado, 9 de junio de 2012

Los números que no reflejan al mundo gay


El consumismo gay ha generado una imagen distorsionada de los homosexuales, al representarnos como gente privilegiada, blanca que huele bien, a perfume francés,  glamour y casi siempre masculina.




En épocas donde pareciera que el activismo es lo único que puede salvar y hacer escuchar a la sociedad gay, cada día estamos más segmentados y observados por los que manejan el marketing. Así las cosas, vivimos cada vez más alejados del Mesías que llegará para llevarnos a la gloria y a la reivindicación del orgullo, foto mediante y con marcha incluida.

Es que el consumismo ha desempeñado un papel central en la aceptación de la homosexualidad. Pero también ha tenido consecuencias muy desafortunadas. Una de ellas es la trivialización de lo que fue durante mucho tiempo un movimiento contestatario, con una larga historia de lucha y sacrificio. Como en el caso del feminismo, muchos jóvenes de hoy han olvidado o no han sabido siquiera que la aceptación actual de la homosexualidad fue precedida por siglos de persecución y sufrimiento, que no pueden borrarse al asistir a la marcha con los colores del arco iris.

Además, el consumismo gay ha generado una imagen distorsionada de los homosexuales, al representarnos como gente privilegiada, blanca que huele bien, a perfume francés, glamour y casi siempre masculina.

Los homosexuales pasivos, los de bajos recursos, de color, los gordos, las lesbianas y los bisexuales, por lo general han quedado fuera de esta visión idealizada.
El mundo de Gancia, las cadenas de hoteles, ahora los cruceros, el restorán caro de plato grande con porción de comida diminuta y gusto gourmet (que te la mete inside si te dejás y con pimienta mimosa...), las tarjetas de crédito e Internet con banda ancha, no son para todos.

Pareciera que no fuéramos al supermercado a comprar una simple lata de arvejas…

En su momento se anunció con bombos y platillos la salida de un buque insignia completamente gay, la publicidad estaba ilustrada con jóvenes apolíneos desparramados por las cubiertas del barco, haciendo referencia al “ego” del viajero ilustre, que lograra zarpar en las cabinas que tenían precios cercanos a  los u$s 2.500 por unos días en un cojedero flotante que no pasaría de Uruguay, cuando podes viajar a Europa en travesía de 20 días, en camarote externo por el mismo dinero.


Esta subestimación del segmento gay hundió al crucero en su propio fracaso.

Yo me pregunto: ¿Si se luchó tanto por la ley de matrimonio “para que todos y todas tengamos los mismos derechos”, por qué se insiste en este auto segregacionismo que nos vuelve a hacer diferentes?

El consumismo gay ha impuesto así un modelo del “buen” homosexual: joven, guapo, rico, sensible y sofisticado y -no sé por qué- de pelo corto.

Incluso, en las sociedades regidas estrictamente por el consumismo como los Estados Unidos, ha creado una figura aberrante: la del homosexual hetero-sexualizado, conformista irreflexivo cuya única aspiración es adoptar el estilo de vida mayoritario.

En definitiva una mala copia de lo que es un heterosexual.

Hoy por hoy la especialización que día a día exigen los gays para tratar sus asuntos, no pasa solamente por el fantasma de la homofobia. Simplemente se ha dado. Es la libre oferta y la proliferación de servicios.

El grupo que más consume en el rubro "desayunos a domicilio" es el gay, no por nada en particular, como dice un amigo mío -es simplemente una putada. Algo que nace en el núcleo gay se va haciendo “normal” aún en el grupo hetero que adopta esta, (la de mandar desayunos a domicilio). No se trata ya, por tanto, de una guetización de la población gay sino de una segmentación del mercado, que busca crear nuevos nichos de consumo basados en una identidad minoritaria.

Abriendo de esta forma lo que se denomina “mercado gay hetero friendly”.
Lo mismo podría decirse de una inmensa gama de clubes, equipos deportivos, estaciones de radio y televisión. Todo ello puede parecer superfluo —e incluso frívolo— pero esta segmentación ha demostrado ser, hasta ahora, la única manera de preservar una identidad y cultura diferentes de las dominantes.

En países como Argentina y toda la seguidilla latinoamericana, cosas tan sencillas como la herencia recién ahora se encausan por el lado de la ley de matrimonio, pero igualmente las madres lesbianas pueden perder a sus hijos; los homosexuales pueden perder su empleo, posibilidades de promoción, o incluso su vivienda y todo ello, porque lo que no cambia es la mentalidad de los jueces a la hora de impartir justicia. La homofobia sigue latente dentro del Palacio de Tribunales, a pesar de Oyarbide y sus efebos asistentes.

Esto sin hablar de la discriminación sistemática que padecen las personas seropositivas, en forma silenciosa, a veces hasta siniestra y que también requieren de una asesoría legal especializada, o sea profesionales del derecho que se especializan en HIV, en problemas de heredad gay, tenencia de hijos y otras yerbas, todos estos atajos y emparches a la ley se dan por carecer del aggiornamiento para el devenir cotidiano.

HOY EN DÍA PARA SOBREVIVIR A ESTE SISTEMA PERVERSO EN EL QUE ESTAMOS INMERSOS SE DEBE SER MAR PERVERSO QUE ÉL.

Lo mismo podría decirse de los servicios médicos. Es un hecho cada vez más estudiado que las lesbianas y homosexuales presentamos problemas de salud específicos. Los hombres gay en muchos casos tenemos un riesgo mayor de enfermedades de transmisión sexual, ETS relacionadas con prácticas sexuales específicas; las lesbianas que no han tenido hijos presentan un riesgo mayor de cáncer de mama.

En el orden legal, la comunidad gay presenta un indice alto de jubilaciones por incapacidad (en general pacientes HIV+) esto no es caprichoso, buscan de esa manera asegurarse la cobertura médica que precisaran de por vida al ser una enfermedad crónica.
Estos jubilados “jóvenes” llegan a un sistema que está colapsado, que tiene en la Cámara de Seguridad Social 700.000 causas judiciales  atascadas y se siguen sumando porque el Gobierno Nacional no hace caso a varios fallos de la CSJN, (tal vez el más emblemático: el caso Badaro). Siguiendo en la tónica de tirar para adelante liquidan sistemáticamente mal las jubilaciones de personas menores de 50 años. Para que se pasen cinco, seis o 10 años litigando por un reajuste que no llegará rápidamente o tal vez no llegue si las cajas de ANSES son vaciadas definitivamente. Es paradójico pero hay gente que por medio de su AFJP cobraba hasta 10 veces más de lo que hoy cobra por Anses /SIPA.
Esto se da porque alguien teclea mal un número y puede hacer que de $4000 pases a cobrar $400. Enmendar este error que cada vez se da más sistemáticamente puede llevar unos cuantos años y dinero. Cuando antiguamente se corregía en seis meses, contra la presentación de una nota personal por la mesa de entradas del mencionado organismo.

Anses es la caja de este gobierno, sumado al veto de la ley del 82% móvil la clase pasiva sigue relegada, los recientes jubilados por “incapacidad” no saben donde están entrando. Los que puedan, los más aptos,  desarrollaran la “capacidad” de esperar, (asesorándose y tomando la iniciativa) otros morirán en el intento. Selección natural de un ecosistema previsional estatal perverso.

Asimismo, los gays requeriremos, con los años y cada vez más, de servicios sociales para la tercera edad: por algo muy sencillo, muchos gays no tienen hijos, y necesitarán de apoyos especiales al carecer de parientes para ocuparse de ellas en su vejez.

Al final de cuentas, debemos preguntarnos: ¿La publicidad nos muestra como somos o solo busca rentabilidad?


Publicado por Ale K en NOSOTROS Y LOS BAÑOS   

Ale K
Es Abogado y Psicólogo
(Trabaja en ambas disciplinas con pacientes HIV+)
También se desempeña como conductor radial en programas con contenido para el colectivo Lgtbt

Te recomendamos esta nota publicada anteriormente en nuestro blog que trata sobre el tema


martes, 4 de agosto de 2009

Sólo tres de cada diez turistas extranjeros gays que llegan a Argentina deciden visitar alguna ciudad del interior. ¿Razones? Muchas...


Sólo tres de cada diez turistas extranjeros gays que llegan a Argentina deciden visitar alguna ciudad del interior. ¿Razones? Muchas...

La principal es que no siempre está garantizado que lejos de la Capital Federal vayan a encontrar un ambiente amigable, que respete las diferencias y no aparezcan los prejuicios de siempre.

El cálculo lo hacen operadores turísticos de las provincias y de Capital Federal y lo confirman los propios turistas. Sin embargo, todos ellos aseguran que la discriminación no es tan evidente ni hay denuncias en tal sentido, aunque admiten un trato desigual, que incluye muchas horas de búsqueda para conseguir un alojamiento gay friendly o amistoso con los gays, (denominación para los lugares que admiten parejas del mismo sexo) y más preguntas de las necesarias a la hora de hacer una reserva.

El negocio en números El boom del turismo en el país no es nuevo, pero no deja de crecer año a año. De hecho, en 2007 fue la tercera industria en importancia, por encima de algunas exportaciones tradicionales, como las de maíz y trigo.

Se estima que en 2008 ingresaron al país más de 4,5 millones de personas de todo el mundo, que dejaron unos 4 mil millones de dólares. El 20 por ciento de esos pasajeros forma parte del segmento gay, la mayoría de ellos atraídos por la ciudad de Buenos Aires más conocida: con una generosa oferta cultural, tango, movida nocturna y la apertura que se logró en los últimos años, luego de la sanción en 2003 de la ley de unión civil.

Un sector que deja anualmente en Argentina más de 600 millones de dólares y que en otros países es uno de los más atractivos para los operadores turísticos, que resumen sus características en una sigla: DINK (double income, no kids). O ingresos dobles, sin hijos. Un dato que sirve de ejemplo: en Estados Unidos el turismo gay genera un impacto económico de alrededor de 64.5 billones de dólares cada año, según datos del U.S. Department of Commerce y Community Marketing Inc. Es decir, más puestos de trabajo, más ingresos y un paso adelante en ese objetivo de lograr una sociedad más inclusiva.


Pero, ¿qué pasa en nuestro país cuando se traspasan los límites de la General Paz? ¿Cómo se entiende y se pone en práctica ese concepto que la Capital Federal transformó casi en un slogan?


¿Qué tan gay friendly son los destinos turísticos de las provincias?

En Córdoba

Fabián Peña es director de contenidos de lugaresgaycba, un sitio con información turística de Córdoba, y así opina: "No queda la menor duda que la ventaja en este aspecto lo tiene Capital Federal, pero que aquí en Córdoba el movimiento pasa desapercibido tanto para autoridades municipales, provinciales y empresarios que aún no se animaron a subir a la cresta de esta ola," dice, y agrega: "El promedio de gasto general que llega a tener el turista argentino en Córdoba ronda entre los 300 y 500 dólares; el turista extranjero, en cambio, supera la barrera de los 1.000 dólares, sin tomar en cuenta gastos para un guía, el alquiler de autos y los hospedajes".
Pese a ello, Córdoba, la segunda ciudad más grande del país, no cuenta con ningún hotel declarado oficialmente gay y sólo tiene dos hoteles gay friendly, no publicitados como tal. "Aún existen prejuicios. Hemos recibido comentarios que en hoteles, algunos conserjes aún tienen cierto prurito a la hora de brindar una cama matrimonial para dos personas del mismo sexo. Córdoba es gay friendly, pero no tan abierta como Buenos Aires", finaliza Peña.


En Bariloche

Por su parte, Marcelo Barthaburu, coproprietario de Bayres, un bed y breakfast gay en Buenos Aires, cree que las provincias no son tan hospitalarias como la Capital Federal.

"Hay mucho menos aceptación en las provincias que en Buenos Aires, eso es así desde siempre. Hay mucho menos apertura mental, aunque cada vez se está abriendo un poco más. Si Bariloche se promocionara en el exterior como un destino gay o gay friendly para ski, por dar un ejemplo, muchísimos turistas que por ahora sólo consideran visitar Buenos Aires, estarían dispuestos en extender o agregar en su itinerario a Bariloche.Incluso si la ciudad no tiene una gran vida nocturna gay, sino por el simple hecho de saber que allá también existe una sociedad tolerante y se sentirán de alguna manera protegidos."

Según recepcionistas de hoteles gay friendly en Bariloche, hay 2 ó 3 hoteles gay friendly pero ningún bar ó restaurante.

No se consulto http://www.gaybariloche.com/, pero las conclusiones son identicas a las que recibimos de los turistas en nuestro correo electronico: info@gaybariloche.com


Qué dicen los turistas


Pese a ello, no son pocos los que eligen recorrer más allá de los límites de la Capital Federal por unos días.

David Trebble, de Londres, es uno de ellos. Trebble visitó este año el país junto a su pareja. Estuvieron 15 días en Buenos Aires, en Mendoza cuatro días y en Iguazú otros tres días. Siempre eligieron hoteles gay o gay friendly y dicen que nunca se sintieron discriminados.


Por su lado, Scott Knox, de Cincinatti, Ohio, también viajó con su pareja por una semana a Argentina. Recorrieron Buenos Aires, pasaron un día en el Tigres y otros dos días en Iguazú. Dice que en Buenos Aires se quedaron en un hotel gay friendly y fueron a un bar gay friendly pero cuando salieron de Buenos Aires no estaban buscando actividades sociales, por lo que eligieron descansar y disfrutar de los paisajes. Knox dice que tampoco se sintieron discriminados.


Harry Su, de Jakarta, Indonesia, decidió viajar a Argentina con su pareja por primera vez hace 3 años porque tiene un amigo que vive en Buenos Aires y por la depreciación del peso. Su primer viaje a Argentina fue de una semana y la segunda de dos semanas, cuando viajaron a Calafate por 4 días.No tuvieron problemas de discriminación y asegura que los argentinos “son muy hospitalarios”, pero también dice que en El Calafate no encontraron ningún lugar gay friendly. “Eso fue decepcionante, la escena gay no existía allí. Definitivamente no hubo suficiente vida social en la ciudad”, dijo Su.


En Mendoza Carlos es argentino y hace unos meses viajó a Mendoza. Eligió un hotel céntrico y decidió llamar por teléfono para hacer la reserva. “Llamé y pregunté si eran gay friendly, me dijeron que no eran un hotel gay pero que no tenían problemas en recibir a cualquier pareja.

Reservé entonces una habitación con cama matrimonial. Cuando llegamos, me sorprendió la recepcionista preguntándome si queríamos una cama matrimonial o camas separadas…no entendía, ya había quedado claro cuando hice la reserva y había llamado por teléfono previamente para no tener que dar explicaciones en ese momento.No era mala onda, pero no debería haberme hecho esa pregunta otra vez, ya estaba claro. A una pareja hetero no le hubieran pedido confirmación, creo que falta capacitación en los empleados también, para que estén atentos a esos detalles. Las cosas no cambian poniendo un cartelito de gay friendly en la entrada o en la página de Internet…para cambiar las cabezas se necesita educación en el tema. Eso falta todavía en muchas provincias”.


En Mendoza, el único apart hotel, Life Apart, empezó como un hotel exclusivamente para gays, pero no llegaban suficientes turistas, entonces decidieron abrir el hotel para todo el público. La encargada, Macarena Monserrat, estima que anualmente llegan 10% turistas gays y el resto se ocupa de familias y otros turistas. Dice que la única semana cuando se cierra exclusivamente para gays es durante la Fiesta de la Vendimia Gay, en Marzo, cuando se llenan los 12 apartamentos.


Carmelo Norberto Giugno, titular de la agencia de viajes Giugno en Mendoza, dijo que hay cuatro discos y bares y dos hoteles gay ó gay friendly.