Pier Paolo Pasolini
Pasolini es uno de los personajes más relevantes de la cultura europea de la segunda mitad del siglo XX. En todos los campos en los que se prodigó (poesía, novela, director y guionista de cine, ensayo, crítica cultural y social), su obra constituye un punto de referencia ineludible.
Más conocido fuera de Italia por sus películas que por sus obras, Pasolini, que siempre se consideró poeta antes que cualquier otra cosa, fue un autor prolífico cuya carrera quedó truncada en 1975 al morir asesinado violentamente.
Pier Paolo Pasolini (1922-1975), director de cine y escritor italiano nacido en Bolonia, la ciudad más tradicionalmente de izquierdas de toda Italia, aunque su familia era originalmente del Friulí, una región en el noreste del país donde se habla el friulano, el idioma local.
Detenido por las tropas de ocupación alemanas por pertenecer al partido comunista italiano (PCI), en 1943 escapó de un campo de prisioneros y se refugió en la campiña de Friul. En 1950 se trasladó a Roma, donde escribió poemas, ensayos e historias influidas por el pensamiento marxista del pensador italiano Antonio Gramsci, aunque sitúa las esperanzas de un cambio político más en los campesinos y en los habitantes de los suburbios que en la clase trabajadora.
Sus primeras películas como realizador, Accatone (1961) y Mamma Roma (1962), son ejercicios de neorrealismo, en los que retrata personajes marginales. Tras ese periodo se lanzó directamente a un análisis crítico de la sociedad en sus siguientes obras, Teorema (1968) o La pocilga (1969), cintas en las que mezcló elementos religiosos y profanos, una constante en su obra que se inició en
El evangelio según san Mateo (1964), y continúa con otras adaptaciones de clásicos literarios, como
Medea (1970), a partir de la tragedia de Eurípides;
El Decamerón (1971), de Giovanni Boccaccio;
Los cuentos de Canterbury (1972), de Geoffrey Chaucer;
Edipo rey (1967), de Sófocles, o
Las mil y una noches (1974), sobre el clásico de la literatura árabe, todas ellas obras maestras del cine.
Su última película,
Salò o los ciento veinte días de Sodoma (1975), que combina una novela del marqués de Sade, el Infierno, de Dante Alighieri, y un retrato de la República de Salò establecida por los fascistas en 1943, expresa su pesimismo sobre la liberación sexual y social. Pasolini fue asesinado en Ostia en 1975, en circunstancias no esclarecidas, se habla de asesinato debido a un complot, pero nunca se consiguió probar.
El rumor se debió, seguramente, a que Pasolini fue un personaje muy controvertido:
homosexual, marxista, artista de enorme talento comprometido siempre con los avatares políticos y sociales de su tiempo. Su cuerpo apareció violentamente desfigurado, y su foto fue objeto de regodeo por parte de la prensa italiana.
En su papel de comunista radical censuró desde su columna semanal en uno de los periódicos más importantes de Italia la obsesión de esa nación por las riquezas materiales.
Pasolini dirigió a Orson Welles, colaboró con Andy Warhol, persuadió a la diva María Callas para que fuera su estrella en una película y desafió el status quo película tras película.
Al caer la noche, Pasolini salía en busca de jóvenes. "Miles de ellos, es imposible amar sólo a uno",
Compartimos un poema
Pier Paolo Pasolini,
Quien soy yo?
Poeta de las Cenizas
Abjuré falsamente del compromiso ante vosotros,
pero porque sé que el compromiso es ineluctable,
y hoy más que nunca.
Y hoy os diré que no sólo hay que comprometerse escribiendo,
sino viviendo:
hay que resistir con el escándalo
y con la rabia, más que nunca,
(ingenuos como bestias) en el matadero,
enajenados como víctimas, precisamente:
hay que clamar más fuerte que nunca el desprecio
contra la burguesía, gritar contra su vulgaridad,
escupir contra la irrealidad que ha elegido como única realidad,
no ceder ni en un acto ni en una palabra
en el odio absoluto contra sus policías,
sus jueces, su televisión y sus periódicos:
y aquí
yo, pequeñoburgués que lo dramatiza todo,
tan bien educado por una madre de dulce y tímida alma
(...) de moral campesina,
quisiera hacer un elogio
de la inmundicia, la miseria, la droga y el suicidio:
yo, poeta marxista privilegiado,
que posee instrumentos y armas ideológicas para combatir,
y suficiente moralidad para condenar el puro acto de escándalo,
yo, hondamente respetable,
pronuncio este elogio, porque la droga, el asco, la rabia y el suicidio
son la única esperanza que queda:
contestación pura y acción,
con la que se mide la enorme sinrazón del mundo (...).