domingo, 21 de febrero de 2010

Vendimia Gay 2010




La Vendimia Gay ya está en marcha y se prepara para sorprender en 2010. El festejo mostrará tres novedades: se realizará una semana después que el Acto Central, y por primera vez se elegirá al Rey del evento.


La cita es para el sábado 13 de marzo, a partir de las 23, en el Auditorio Ángel Bustelo. En esta nueva edición, se votarán Reina y Rey de la Vendimia Gay, cada uno recibirá un premio de mil dólares. El casting de artistas comenzará mañana, en el teatro Independencia.

Por tercer año consecutivo, los hermanos Gabriel y Fernando Canci son los responsables de la producción y dirección general de esta fiesta. “Es la primera vez que se despega del Acto Central, vamos a realizarla una semana más tarde, al sábado siguiente. El objetivo es lograr autonomía, queremos que sea otra Vendimia”, explicó Gabriel Canci.
Otra de las metas que se persigue, completó el productor, es generar otra semana turística en Mendoza. “Hay que recordar que a este evento llegan muchas personas no sólo del país, sino también turistas internacionales; con esta propuesta se suma una opción turística más”, definió.
En las últimas dos ediciones la Vendimia Gay tuvo mayor presencia artística y técnica, características que la reposicionaron. “En este año redoblamos la apuesta, tendrá una batería mayor de efectos especiales. Habrá tecnología digital, más pantallas de led y sistemas lumínicos que traemos del exterior”, adelantó el productor mendocino.

A la lista se suman más escenarios móviles que el año pasado y, también, los asistentes podrán disfrutar de artistas aéreos, en una show que se extenderá por cincuenta minutos. “Es importante recordar que el creador de esta fiesta es Ricardo “Tito” Bustos, que nos confió la producción y dirección a mi hermano y a mí en los últimos dos años, éste será el tercero”, manifestó.
Una nueva fiesta
La puesta en marcha del show ya comenzó y se prepara un espectáculo diferente. Se iniciará más temprano que lo habitual, a las 23, con la presencia de una banda internacional; luego llegará el momento de presentar a los candidatos a Reina y Rey de la Vendimia Gay.
En 2010 se elegirá por primera vez al Rey de este evento; hasta el momento se seleccionaba sólo a la Reina. Según anticipó Canci, cada uno recibirá de premio mil dólares, y ya hay más de treinta inscriptos.
“Los participantes tienen que medir 1,80 m, presentar una buena figura, ser mayores de 18 años y tener ganas de representar a la Vendimia Gay”, recalcó el productor.
Es probable que de todos los postulantes se seleccionen alrededor de cinco para cada categoría. Finalmente, los elegidos deberán representar a la comunidad gay en el país y en los eventos internacionales.

Después de la presentación, alrededor de las 24, comenzará el show, con 150 artistas en escena. Habrá música en vivo, gran despliegue artístico y un capítulo especial para recordar el Año del Bicentenario. Se presentará un coro formado por treinta personas que recordará la especial fecha para el país.

Posteamos el afiche de la anterior fiesta dado que aún no nos llego el actual

viernes, 12 de febrero de 2010

Mirando Cine, Dream Boy


DREAM BOY

Historia adaptada por la novela de Jim Grimsley, nos narra las crónicas de un romance sutil de dos jóvenes homosexuales en la región rural de Luisiana a mediados de 1970

Nathan (Stephan Bender) y Roy (Maximillian Roeg), son dos jóvenes que no podrán negar sus emociones de atracción a pesar de su cruel realidad, enfrentandose a los fantasmas del prejuicio.

El introvertido e inseguro Nathan se enamora de Roy, un joven extrovertido que tiene como vecino.

Al transcurir el tiempo, una historia de amor empieza en forma instantánea entre los dos jovénes, quíenes tendrán que esconder su amor ante las costumbres, taboos e ignorancia de la comunidad.

Pero Nathan también tendrá que enfrentarse a sus demonios internos y la violencia familiar que ha sufrido a través de los años.

Un amor consumido y el fin de la inocencia.

Lo podes ver sin tener que bajarte la pelicula en: Dream Boy


jueves, 11 de febrero de 2010

Aullido

Allen Ginsberg y Peter Orlovsky


AULLIDO
Allen Ginsberg

I


Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas histéricas desnudas,

arrastrándose por las calles de los negros al amanecer en busca de un colérico pinchazo,

hipsters con cabezas de ángel ardiendo por la antigua conexión celestial con el estrellado dínamo de la maquinaria nocturna,

que pobres y harapientos y ojerosos y drogados pasaron la noche fumando en la oscuridad sobrenatural de apartamentos de agua fría, flotando sobre las cimas de las ciudades contemplando jazz,

que desnudaron sus cerebros ante el cielo bajo el El y vieron ángeles mahometanos tambaleándose sobre techos iluminados,

que pasaron por las universidades con radiantes ojos imperturbables alucinando Arkansas y tragedia en la luz de Blake entre los maestros de la guerra,

que fueron expulsados de las academias por locos y por publicar odas obscenas en las ventanas de la calavera,

que se acurrucaron en ropa interior en habitaciones sin afeitar, quemando su dinero en papeleras y escuchando al Terror a través del muro,

que fueron arrestados por sus barbas púbicas regresando por Laredo con un cinturón de marihuana hacia Nueva York,

que comieron fuego en hoteles de pintura o bebieron trementina en Paradise Alley, muerte, o sometieron sus torsos a un purgatorio noche tras noche,

con sueños, con drogas, con pesadillas que despiertan, alcohol y verga y bailes sin fin,

incomparables callejones de temblorosa nube y relámpago en la mente saltando hacia los polos de Canadá y Paterson, iluminando todo el inmóvil mundo del intertiempo,

realidades de salones de Peyote, amaneceres de cementerio de árbol verde en el patio trasero, borrachera de vino sobre los tejados, barrios de escaparate de paseos drogados luz de tráfico de neón parpadeante, vibraciones de sol, luna y árbol en los rugientes atardeceres invernales de Brooklyn, desvaríos de cenicero y bondadosa luz reina de la mente,

que se encadenaron a los subterráneos para el interminable viaje desde Battery al santo Bronx en benzedrina hasta que el ruido de ruedas y niños los hizo caer temblando con la boca desvencijada y golpeados yermos de cerebro completamente drenados de brillo bajo la lúgubre luz del Zoológico,

que se hundieron toda la noche en la submarina luz de Bickford salían flotando y se sentaban a lo largo de tardes de cerveza desvanecida en el desolado Fugazzi’s, escuchando el crujir del Apocalipsis en el jukebox de hidrógeno,

que hablaron sin parar por setenta horas del parque al departamento al bar a Bellevue al museo al puente de Brooklyn,

un batallón perdido de conversadores platónicos saltando desde las barandas de salidas de incendio desde ventanas desde el Empire State desde la luna,

parloteando gritando vomitando susurrando hechos y memorias y anécdotas y excitaciones del globo ocular y shocks de hospitales y cárceles y guerras,

intelectos enteros expulsados en recuerdo de todo por siete días y noches con ojos brillantes, carne para la sinagoga arrojada en el pavimento,

que se desvanecieron en la nada Zen Nueva Jersey dejando un rastro de ambiguas postales del Atlantic City Hall,

sufriendo sudores orientales y crujidos de huesos tangerinos y migrañas de la china con síndrome de abstinencia en un pobremente amoblado cuarto de Newark,

que vagaron por ahí y por ahí a medianoche en los patios de ferrocarriles preguntándose dónde ir, y se iban, sin dejar corazones rotos,

que encendieron cigarrillos en furgones furgones furgones haciendo ruido a través de la nieve hacia granjas solitarias en la abuela noche,

que estudiaron a Plotino Poe San Juan de la Cruz telepatía bop kabbalah porque el cosmos instintivamente vibraba a sus pies en Kansas,

que vagaron solos por las calles de Idaho buscando ángeles indios visionarios que fueran ángeles indios visionarios,

que pensaron que tan sólo estaban locos cuando Baltimore refulgió en un éxtasis sobrenatural,

que subieron en limosinas con el chino de Oklahoma impulsados por la lluvia de pueblo luz de calle en la medianoche invernal,

que vagaron hambrientos y solitarios en Houston en busca de jazz o sexo o sopa, y siguieron al brillante Español para conversar sobre América y la Eternidad, una tarea inútil y así se embarcaron hacia África,

que desaparecieron en los volcanes de México dejando atrás nada sino la sombra de jeans y la lava y la ceniza de la poesía esparcida en la chimenea Chicago,

que reaparecieron en la costa oeste investigando al F.B.I. con barba y pantalones cortos con grandes ojos pacifistas sensuales en su oscura piel repartiendo incomprensibles panfletos,

que se quemaron los brazos con cigarrillos protestando por la neblina narcótica del tabaco del Capitalismo,

que distribuyeron panfletos supercomunistas en Union Square sollozando y desnudándose mientras las sirenas de Los Álamos aullaban por ellos y aullaban por la calle Wall, y el ferry de Staten Island también aullaba,

que se derrumbaron llorando en gimnasios blancos desnudos y temblando ante la maquinaria de otros esqueletos,

que mordieron detectives en el cuello y chillaron con deleite en autos de policías por no cometer más crimen que su propia salvaje pederastia e intoxicación,

que aullaron de rodillas en el subterráneo y eran arrastrados por los tejados blandiendo genitales y manuscritos,

que se dejaron follar por el culo por santos motociclistas, y gritaban de gozo,

que mamaron y fueron mamados por esos serafines humanos, los marinos, caricias de amor Atlántico y Caribeño,

que follaron en la mañana en las tardes en rosales y en el pasto de parques públicos y cementerios repartiendo su semen libremente a quien quisiera venir,

que hiparon interminablemente tratando de reír pero terminaron con un llanto tras la partición de un baño turco cuando el blanco y desnudo ángel vino para atravesarlos con una espada,

que perdieron sus efebos por las tres viejas arpías del destino la arpía tuerta del dólar heterosexual la arpía tuerta que guiña el ojo fuera del vientre y la arpía tuerta que no hace más que sentarse en su culo y cortar las hebras intelectuales doradas del telar del artesano,

que copularon extáticos e insaciables con una botella de cerveza un amorcito un paquete de cigarrillos una vela y se cayeron de la cama, y continuaron por el suelo y por el pasillo y terminaron desmayándose en el muro con una visión del coño supremo y eyacularon eludiendo el último hálito de conciencia,

que endulzaron los coños de un millón de muchachas estremeciéndose en el crepúsculo, y tenían los ojos rojos en las mañanas pero estaban preparados para endulzar el coño del amanecer, resplandecientes nalgas bajo graneros y desnudos en el lago,

que salieron de putas por Colorado en miríadas de autos robados por una noche, N.C. héroe secreto de estos poemas, follador y Adonis de Denver -regocijémonos con el recuerdo de sus innumerables jodiendas de muchachas en solares vacíos y patios traseros de restaurantes, en desvencijados asientos de cines, en cimas de montañas, en cuevas o con demacradas camareras en familiares solitarios levantamientos de enaguas y especialmente secretos solipsismos en baños de gasolineras y también en callejones de la ciudad natal,

que se desvanecieron en vastas y sórdidas películas, eran cambiados en sueños, despertaban en un súbito Manhattan y se levantaron en sótanos con resacas de despiadado Tokai y horrores de sueños de hierro de la tercera avenida y se tambalearon hacia las oficinas de desempleo,

que caminaron toda la noche con los zapatos llenos de sangre sobre los bancos de nieve en los muelles esperando que una puerta se abriera en el East River hacia una habitación llena de vapor caliente y opio,

que crearon grandes dramas suicidas en los farellones de los departamentos del Hudson bajo el foco azul de la luna durante la guerra y sus cabezas serán coronadas de laurel y olvido,

que comieron estofado de cordero de la imaginación o digirieron el cangrejo en el lodoso fondo de los ríos de Bowery,

que lloraron ante el romance de las calles con sus carritos llenos de cebollas y mala música,

que se sentaron sobre cajas respirando en la oscuridad bajo el puente y se levantaron para construir clavicordios en sus áticos,

que tosieron en el sexto piso de Harlem coronados de fuego bajo el cielo tubercular rodeados por cajas naranjas de Teología,

que escribieron frenéticos toda la noche balanceándose y rodando sobre sublimes encantamientos que en el amarillo amanecer eran estrofas incoherentes,

que cocinaron animales podridos pulmón corazón pié cola borsht & tortillas soñando con el puro reino vegetal,

que se arrojaron bajo camiones de carne en busca de un huevo,

que tiraron sus relojes desde el techo para emitir su voto por una eternidad fuera del tiempo, & cayeron despertadores en sus cabezas cada día por toda la década siguiente,

que cortaron sus muñecas tres veces sucesivamente sin éxito, desistieron y fueron forzados a abrir tiendas de antigüedades donde pensaron que estaban envejeciendo y lloraron,

que fueron quemados vivos en sus inocentes trajes de franela en Madison Avenue entre explosiones de versos plúmbeos & el enlatado martilleo de los férreos regimientos de la moda & los gritos de nitroglicerina de maricas de la publicidad & el gas mostaza de inteligentes editores siniestros, o fueron atropellados por los taxis ebrios de la realidad absoluta,

que saltaron del puente de Brooklyn esto realmente ocurrió y se alejaron desconocidos y olvidados dentro de la fantasmal niebla de los callejones de sopa y carros de bomba del barrio Chino, ni siquiera una cerveza gratis,

que cantaron desesperados desde sus ventanas, se cayeron por la ventana del metro, saltaron en el sucio Passaic, se abalanzaron sobre negros, lloraron por toda la calle, bailaron descalzos sobre vasos de vino rotos y discos de fonógrafo destrozados de nostálgico Europeo jazz Alemán de los años 30 se acabaron el whisky y vomitaron gimiendo en el baño sangriento, con lamentos en sus oídos y la explosión de colosales silbatos de vapor,

que se lanzaron por las autopistas del pasado viajando hacia la cárcel del gólgota -solitario mirar- autos preparados de cada uno de ellos o Encarnación de Jazz de Birmingham,

que condujeron campo traviesa por 72 horas para averiguar si yo había tenido una visión o tú habías tenido una visión o él había tenido una visión para conocer la eternidad,

que viajaron a Denver, murieron en Denver, que volvían a Denver; que velaron por Denver y meditaron y andaban solos en Denver y finalmente se fueron lejos para averiguar el tiempo, y ahora Denver extraña a sus héroes,

que cayeron de rodillas en desesperanzadas catedrales rezando por la salvación de cada uno y la luz y los pechos, hasta que al alma se le iluminó el cabello por un segundo,

que chocaron a través de su mente en la cárcel esperando por imposibles criminales de cabeza dorada y el encanto de la realidad en sus corazones que cantaba dulces blues a Alcatraz,

que se retiraron a México a cultivar un hábito o a Rocky Mount hacia el tierno Buda o a Tánger en busca de muchachos o a la Southern Pacific hacia la negra locomotora o de Harvard a Narciso a Woodland hacia la guirnalda de margaritas o a la tumba,

que exigieron juicios de cordura acusando a la radio de hipnotismo y fueron abandonados con su locura y sus manos y un jurado indeciso,

que tiraron ensalada de papas a los lectores de la CCNY sobre dadaísmo y subsiguientemente se presentan en los escalones de granito del manicomio con las cabezas afeitadas y un arlequinesco discurso de suicidio, exigiendo una lobotomía al instante,

y recibieron a cambio el concreto vacío de la insulina Metrazol electricidad hidroterapia psicoterapia terapia ocupacional ping pong y amnesia,

que en una protesta sin humor volcaron sólo una simbólica mesa de ping pong, descansando brevemente en catatonia,

volviendo años después realmente calvos excepto por una peluca de sangre, y de lágrimas y dedos, a la visible condenación del loco de los barrios de las locas ciudades del Este,

los fétidos salones del Pilgrim State Rockland y Greystones, discutiendo con los ecos del alma, balanceándose y rodando en la banca de la soledad de medianoche reinos dolmen del amor, sueño de la vida una pesadilla, cuerpos convertidos en piedra tan pesada como la luna,

con la madre finalmente ****** [i] , y el último fantástico libro arrojado por la ventana de la habitación, y a la última puerta cerrada a las 4 AM y el último teléfono golpeado contra el muro en protesta y el último cuarto amoblado vaciado hasta la última pieza de mueblería mental, un papel amarillo se irguió torcido en un colgador de alambre en el closet, e incluso eso imaginario, nada sino un esperanzado poco de alucinación-

ah, Carl, mientras no estés a salvo yo no voy a estar a salvo, y ahora estás realmente en la total sopa animal del tiempo-

y que por lo tanto corrió a través de las heladas calles obsesionado con una súbita inspiración sobre la alquimia del uso de la elipse el catálogo del medidor y el plano vibratorio,

que soñaron e hicieron aberturas encarnadas en el tiempo y el espacio a través de imágenes yuxtapuestas y atraparon al Arcángel del alma entre 2 imágenes visuales y unieron los verbos elementales y pusieron el nombre y una pieza de conciencia saltando juntos con una sensación de Pater Omnipotens Aeterna Deus

para recrear la sintaxis y medida de la pobre prosa humana y pararse frente a ti mudos e inteligentes y temblorosos de vergüenza, rechazados y no obstante confesando el alma para conformarse al ritmo del pensamiento en su desnuda cabeza sin fin,

el vagabundo demente y el ángel beat en el tiempo, desconocido, y no obstante escribiendo aquí lo que podría quedar por decir en el tiempo después de la muerte,

y se alzaron reencarnando en las fantasmales ropas del jazz en la sombra de cuerno dorado de la banda y soplaron el sufrimiento de la mente desnuda de América por el amor en un llanto de saxofón eli eli lamma lamma sabacthani que estremeció las ciudades hasta la última radio

con el absoluto corazón del poema sanguinariamente arrancado de sus cuerpos bueno para alimentarse mil años.
 
 
Recomiendo la lectura del critico Gonzalo Valdivia Dávila
 
http://www.librosgratis.org/aullido-de-allen-ginsberg.html
 

sábado, 30 de enero de 2010

Mirando Cine, Little Ashes

Little Ashes

La convivencia de Salvador Dalí, Luis Buñuel y Federico García Lorca en la Residencia de Estudiantes de Madrid ha sido una de esas maravillosas coincidencias que siempre deparan las anécdotas literarias.


Ambientada en el Madrid de 1920, la película explora la intensa relación entre ellos


Algunas coincidencias históricas son asombrosas. El hecho de que tres genios de distintas ramas artísticas hayan nacido en el mismo país y por la misma época, ya sorprende. Pero si además los tres coincidieron de jóvenes en una misma residencia y establecieron una fuerte relación de amistad (y algo más), ya tenemos material más que suficiente para una película.


Salvador Dalí nació el 11 de mayo de 1904 en Cataluña y quedó en la historia por sus pinturas surrealistas y su excéntrica personalidad.
Federico García Lorca, nacido el 5 de junio de 1898 en Granada, trascendió por su calidad como poeta y dramaturgo.
Luis Buñuel, por su parte, nació el 22 de febrero de 1900 en Aragón y está considerado como uno de los cineastas más originales de la historias. Los tres se conocieron y convivieron en la Residencia de Estudiantes de Madrid, cuando todavía soñaban con transitar el camino hacia la fama.

Little ashes, traducida como Sin límites, es una co-producción entre España y Reino Unido que se centra en la relación entre estos tres artistas en sus épocas juveniles. Con la dirección de Paul Morrison, el protagonismo de la cinta recae en Robert Pattinson (Crepúsculo) como Dalí, Javier Beltrán como García Lorca y Matthew McNulty (Control) como Buñuel.

Podes verla en Cine Gay
http://www.gaybariloche.com/home/component/content/article/38-cine/81-little-ashes.html

miércoles, 27 de enero de 2010

Mirando cine, Adam & Steve




 



En los años ochenta, el tímido Adam es un joven gótico que conoce a Steve, teniendo ambos una fuerte atracción el uno por el otro.

Lo que debería haber sido una aventura de una noche termina en desastre debido a la diarrea de Steve, y Adam acaba enganchado a la cocaína.
Dos décadas más tarde, ambos hombres se reencuentran de nuevo sin reconocerse debido a la falta de maquillaje y accesorios que llevaban en los ochenta.
La atracción resurge y ambos acaban enamorándose el uno del otro.

Cuando Steve termina por decidirse a pedirle matrimonio a Adam, pero es entonces cuando se da cuenta de quien es en realidad. Ambos deberán superar su vergonzoso pasado para seguir adelante, con ayuda de sus amigos.

Podes verlo sin tener que bajarlo en: ADAM y STEVE

Fuente: Cine GayBariloche
http://gaybariloche.com/home/index.php/component/content/article/38-cine/78-adamasteve.html

30 años de amor y el deseo intacto de casarse



Tenían las dos 37 años cuando descubrieron el amor y el placer cada una en el cuerpo de la otra.
Antes de eso ni siquiera se animaban a pronunciar la palabra “lesbiana”.
Mujeres casadas, con una relación casi familiar entre ambas parejas, Norma Castillo y Ramona “Cachita” Arévalo lograron a pesar de todo desafiar su educación católica, su secreta vergüenza, sus prejuicios.
Hoy, 30 años después, lideran el primer centro de jubiladxs LGBT y esperan que la Justicia les dé el sí para poder casarse.

Fuente: Suplemento Soy Página12
Foto: Sebastián Freire