Una limpieza anal evita sorpresas y también ayuda al pasivo a distenderse, al no tener que estar preocupado por no ensuciarse y no ensuciar a su pareja de juegos.
Si nunca te has hecho una limpieza anal quizás pienses que no la necesitas. Para mucha gente el hecho de sacar el pene sucio de un agujero, aunque lleve condón, es un completo bajón de líbido.
Las duchas anales, o la limpieza anal, es algo higiénico, y deja el culo comestible y con olor a limpio. Y para muchos, no hay nada mejor que un agujero limpio.
Si eres pasivo o versátil, la limpieza anal debería ser una parte obligatoria de tu preparación sexual. Vamos a darte unos cuantos consejos:
Para ponerte en marcha lo primero que tienes que hacer es conseguir un limpiador anal. Hay varias opciones disponibles en el mercado que puedes usar como herramientas para la limpieza anal, según tus gustos o necesidades, que podemos agrupar en tres tipos:
Tubo de inyección de ducha:
Un tubo que se conecta al tubo de la ducha quitando la alcachofa. Es un cabezal o boquilla que suele fabricarse en plástico, aluminio o acero. Es rápida de colocar y fácil de regular el flujo de agua ya que usas el mando del grifo.
Enema:
Un conjunto compuesto por una bolsa de neopren u otro material, una manguera de goma, una pinza de plástico, y una boquilla de plástico. El sistema puede ser colgado de una barra de cortina de ducha o un gancho, y utiliza la gravedad para hacer que fluya el agua, en vez de la presión del grifo.
Bombas de Enema:
Son fáciles de usar, baratas, y no requieren tubo de ducha. Sin embargo, contienen poca cantidad de líquido y pueden no ser suficientes para conseguir una buena limpieza, teniendo que rellenarlos varias veces.
Vamos a limpiarnos el culo! Un agujero limpio es un agujero feliz!
Independientemente del método que vayas a utilizar, el mejor lugar para hacerse una limpieza anal es el cuarto de baño. El mejor lugar para empezar es la regadera ya que es donde podemos conectar nuestro edema a la corriente del agua.
PASO 1: Prepara la temperatura del agua.
Usa agua tibia, ni fría ni caliente. Si estás utilizando una bolsa de ducha, llena la bolsa con agua caliente, sin pasarte. NO uses jabón líquido con el agua. El jabón es un detergente y limpia tanto las cosas buenas como las malas de la parte interior del recto. Si estás utilizando un accesorio conectado al tubo de ducha, obtén el agua corriente de forma suave. No es necesario atacar tu agujero con un chorro de agua a gran presión. Sólo tienes que llenarlo con agua. No se trata de lavarlo mediante la presión del chorro.
PASO 2: Pre-lubrica tu agujero.
Pon un poco de lubricante alrededor de tu ano y desliza un dedo lubricado en el interior del culo. Esto no sólo te prepara para la inserción del cabezal, sino que también te puede dar una idea de si tienes materia fecal en la zona.
PASO 3: Inserta el cabezal.
Desliza suavemente el extremo del tubo o la boquilla dentro del culo hasta que la boquilla esté un poco más allá del esfínter. No debes tratar la boquilla como un consolador. El objetivo es conseguir el agua para llenar el interior del culo, no cojer con la boquilla.
PASO 4: Detente cuando te sientas lleno.
Sentirás que el agua empieza a llenarte. Esto hará un poco de presión, y comenzarás a tener la sensación de que el recto está “lleno”. PARA, y retira la manguera de tu culo. La idea es que haya entrado el agua suficiente para “soltar” la suciedad y ayudar a todo lo que esté en el recto a salir, no se trata de limpiar todo el camino que va del colon hasta el estómago.
PASO 5: Espera un poco.
Antes de deshacerte del agua que tienes dentro, tómate un momento para enderezarte. Las cosas de tu interior se agitan un poco. Amasa los intestinos apretando el abdomen un poco. Sentirás una especie de chapoteo en el interior. Esto se hace para ayudar a aflojar algo sólido que pueda haber.
PASO 6: Deshazte del agua.
Mantén las nalgas apretadas y siéntate en el inodoro. Este es el mejor lugar para expulsar el agua sucia. No debería ser necesario hacer fuerza para obligar a que salga todo fuera. La gravedad, por sí sola, expulsará la mayor parte del agua. Sin embargo es posible que tengas que apretar para conseguir expulsarla totalmente toda.
Vacía el inodoro. De esta manera, cuando repitas el proceso serás capaz de ver si el agua que está saliendo es limpia o no.
PASO 7: Repite.
Hazlo de nuevo. Repite los pasos 3 a 6 hasta que el agua salga limpia, recuerda que debes evitar un excesivo llenado con agua del culo cada vez, porque el agua puede quedar atrapada en los vericuetos del colon y salir en un momento posterior cuando no te lo esperas.
Con esto ya deberías disfrutar plenamente de la penetración anal. Sólo tienes que encontrar cual es tu sistema ideal y olvidarte de las desagradables sorpresas que suceden en ocasiones cuando no has tomado la precaución de hacerte una limpieza.
¿NECESITAS MÁS MOTIVOS PARA LIMPIARTE POR DENTRO?
La materia fecal contiene muchos microbios y organismos de los que el cuerpo se está deshaciendo, y que si practicas el sexo sin condón pueden ser transmisores de enfermedades.
No hablamos de encuentros sexuales inesperados, pero si tienes una cita para cojer, es muy bueno ir adquiriendo el hábito de limpiarte antes. O limpiarte antes de salir de noche a buscar sexo, porque seguro que lo encuentras…